domingo, 22 de abril de 2018

Nada por sentado


La vida me enseñó a no dar nada por sentado,

A mirar el diente del caballo regalado
a ver todas las posibilidades
a descomponer lo conquistado.

A no cesar en el empeño
a seguir sacándome los clavos.

A no en entrar en provocaciones
a desandar, a veces, el camino andado.

A mirarme todos días en el espejo
a reconocerme en la pupila de el de al lado.

A recoger la mano tendida
a no tirar piedras en mi tejado,
a contar los huesos que me levantan
a descansar cuando esté agotado.

Y a levantarme cada mañana
como un niño con zapatos recién estrenados.

Gusa. 22/04/18