EL PLACER DE VOLVER

A veces parece que te has perdido, te desorientas, será la dirección seguro? Entonces aparece una pequeña flecha amarilla o una señal oficial de la Xunta, no estás equivocado, seguías la ruta correcta…son esos momentos en los que puedes aprovechar y disfrutar de la soledad que te ofrecen esas sendas cuando no hay nadie más que tu propia compañía… Pero de repente se escucha “Buen camino”, y tú respondes “Buen camino”, es la consigna del peregrino, la que te sube el ánimo, la que te da aliento para continuar aunque tengas los pies llenos de ampollas, te duelan todas las articulaciones, o alguna contractura que otra por forzar tus músculos. Llegas al albergue y entonces todo es alegría, qué tal hoy la jornada? Alguien saca embutido que ha traído de su pueblo para compartir, y cuenta la anécdota del día, pues me confundí y me tocó retroceder dos kilómetros, risas y algún alboroto. Algún valiente saca una guitarra que le ha acompañado desde el inicio del viaje y se arranca a cantar, entonces los ves a todos, dando palmas y bailando, como si ese día tuvieran el cuerpo de fiesta. Comienza a correr albariño fresquito y la velada se prolonga hasta más de lo que debería… Son las seis, vuelve a sonar el despertador. Coges la mochila que parece haber engordado con el transcurso de los días. Pero no importa Santiago está cerca. Y echas a andar. Santiago está muy cerca, no te puedes parar. Porque aunque pierdas las fuerzas en algunos momentos, o las ganas de continuar, aunque haya algún instante en que quieras abandonarlo todo, siempre merece la pena avanzar, siempre hay algún peregrino que te ofrece su mano, algún lugareño que te quiere ayudar, alguna razón para seguir en el camino, siempre hay alguna motivo para no dejar de andar… VIVA EL CAMIÑO!!. SANTIAGO 09.