Día 1. Aeropuerto de Bucarest-Brasov. Después de que el vuelo fuera bastante puntual y sin grandes contratiempos llegamos a Bucarest. Parece que nos recibe buen tiempo, y así será, temperaturas primaverales, a excepción de las noches, en las que si se agradece la ropa de abrigo.
Nada más aterrizar nos encontramos con la primera prueba del viaje, un señor en la empresa de alquiler de coches NADA simpático, que parece que te está increpando en lugar de darte un servicio..Fuc*.., hacía tiempo que no tragaba tanta saliva, afortunadamente ese señor fue lo pero de Rumanía. Y después de esta capearla como pudimos, chapurreando medio-inglés él y nosotros, carretera y rumbo a Brasov. Puesta de sol de por medio, que evoca una amplia gama películas en tu mente, entramos en zona montañosa y boscosa. Árboles y montañas escarpadas no nos dejan ver el horizonte, comenzamos a sospechar qué inspiró la leyenda..Y después de dos horas y media interminables de curvas y oscuridad llegamos a nuestro destino. Menos mal que hemos podido tomar una cerve y cenar algo, ahora a descansar que mañana nos toca una ansiada visita.
Comienza la aventura..
*Recomendaciones:
No alquilar coche en GreenMotion.
Día 2. Castillo de Bran-frustrada inmersión a Rasnov y Brasov.
Encuentro obligado y mágico con la leyenda del Conde Drácula, que al igual que en el cine, ha ejercido de perfecto anfitrión en su famoso castillo.
Buena comida al sol del otoño transilvano, que todavía parece muy alejado del invierno, y el día también nos trae durante un rato a unos pequeños compañeros peludos muy bien avenidos, a pesar de la "supuesta" enemistad que se les supone.
Fantástico lugar para perder todo un día, o toda una eternidad..;)
Después del pueblo de Bran intentamos hacer una incursión no fructífera en Rasnov, a pocos kilómetros de Bran, ya que nos perdemos al intentar subir a la fortaleza del pueblo, por lo que abortamos el plan y volvemos a Brasov. En el camino de vuelta sí nos cruzamos con lugareños que se desplazan en sus carromatos.. y vacas que nos cortan el tráfico..el tiempo parece no pasar en algunos sitios.
Cuando llegamos al campamento base, Brasov, salimos patear la ciudad, y acabamos paseando el por el inmenso Parque Nacional de Piatra Craiului que la regenta y dónde se encuentra la Torre Negra desde la puedes observar la ciudad a vista de pájaro (con escaleras demoledoras incluidas).
Y ahora para terminar el día una pizza y mañana go on again!!!!
*Recomendaciones:
No bajar a las catacumbas del Castillo de Bran, engaño.
No perderse el Parque Piatra Crailui en Braşov.
Día 3. Castillo de Peles-Castillo de Pelisor-Sibiu. Siguiendo nuestra ruta por antiguas tierras otomanas ponemos rumbo al Castillo de Peles y Pelisor que están situados en el mismo paraje. La travesía no deja de sorprendernos con su abrupto paisaje, curvas y espeso bosque. Estamos en puerto de montaña y encontramos en nuestro camino variopintos pueblos con bares y establecimientos a pie de carretera, todos ellos con un aire de decadencia pero sin perder un ápice de encanto. Dentro del recinto de los castillos dejamos el coche en un aparcamiento privado, puedes dejar tu coche fuera sin pagar, y el resto del camino lo hacemos a pie. Después de avanzar bastantes metros en cuesta, nos encontramos con el deslumbrante Castillo de Peles en plena cordillera de los Cárpatos. Con un estilo neorenacentista, se alza en la cima coronando el entorno, rodeado de elegantes jardines y con un interior digno de Reyes. Su mobiliario es exquisito y el gusto con el que está decorado cada uno de sus rincones es im-per-di-ble. El de Pelisor no es tan impresionante, pero su merecida visita también la merece.
Y después de una rica comidita en pueblo de montaña en el que hacemos una acertada parada, nuevo periplo por el asfalto transilvano, eternidad de curvas y aldeas, sorteando perros, vacas, carromatos y cerrando los ojos ante los temibles adelantamientos de la población autóctona.
Pero finalmente encontramos nuestra recompensa, una acogedora y suntuosa habitación en el centro de Sibiu, ciudad que descubriremos mañana.
Recomendaciones:
En el Castillo de Peles no escatimar en gastos y pagar la visita completa, nosotros no lo hicimos y nos quedamos con ganas de más. En caso de no tener tiempo suficiente sacrificar la visita al Castillo de Pelisor, con verlo por fuera ya es suficiente, aunque lo ideal es verlo también por dentro, claro.
"Es bueno ser rey" ;P
Día 4. Sibiu. Amanecemos en una "semilujosa" habitación de Sibiu, con una maravillosa relación calidad-precio. Además las vistas son a la Plaza de Mita, centro de la ciudad.
Después de un gustoso desayuno incluido en el precio del hotel, nos perdemos en las calles de la ciudad, y visitamos el Tourist information en el que nos indican cuales son los sitios clave para ver en un día. Parada recomendada en el Museo Brukenthal con sede en la plaza mayor, la Piata Mare de la ciudad, en el que su colección de pinturas aparte de extensa es sencillamente sorprendente, incluyendo entre otras, obras de Pieter Brueghel maestro de la pintura flamenca.
"Censo en Belén" de Peter Brueghel
Después nos dirigimos a la Iglesia Ortodoxa de la ciudad, con un estilo bizantino que recuerda a Santa Sofía en Estambul. No muy grande pero sí imperdible y rotunda.
La Iglesia Evangelista sólo la visitamos por fuera, ya que no tenemos en "cash" y no se puede pagar con tarjeta..
Así que decidimos irnos a comer al Café Viena, al lado de esta Iglesia, con pianista al aire libre en directo incluido y con vistas a los tejados de la ciudad, la Increíble ciudad con "ojos" de Rumanía.
* Recomendaciones:
Hotel The Council en la plaza Piata Mare.
Pero para tomar algo y comer no hacerlo en la plaza Mayor, alejarse y perderse por sus callecitas. Hallarás pizzas artesanas y blues.
Día 5.Sibiu-Bucarest. Este día no ha dado mucho de sí aparte del viaje, 5 horas en carretera..qué si bien al salir de Sibiu ha seguido la dinámica del paisaje montañoso, pasando por pueblos como Seaca, bañados por un río que invitaba a hacer alguna parada, después ya ha empezado a desaparecer ese paisaje y simplemente era llanura y autovía. La llegada a la capital ha sido ruidosa y colapsada de coches que dejaban interminables colas de caravana.
Después de llegar al hotel y comprobar que es el que menos calidad ha tenido del viaje, nos disponemos a hacer una toma de contacto en primera persona por la ciudad.
De camino al centro evitando la gran avenida, porque el Google maps nos manda por otro sitio, nos encontramos casas ruinosas y barrios abandonados. Por fin la zona en la que aterrizamos en el centro recuerda a Huertas, llena de algarabía y locales. Cenamos prontito y nos vamos a descansar. Para nuestro último día hemos reservado temprano un Free Tour para que nos instruyan un poco en la historia de la ciudad. Mañana veremos ☀️😺
Día 6. Bucarest. A las 10.30 hemos quedado enfrente del restaurante Hanu' lui Manuc, así que nos despertamos pronto para intentar desayunar tranquilamente. No ocurre porque se nos hace difícil encontrar una cafetería "al uso", así que después de dar varias vueltas, lo conseguimos y llegamos justos a nuestro encuentro. Allí nos espera Jesús, simpático y dicharachero madrileño afincado en Bucarest que nos hará de guía esa mañana, junto con el grupo que nos acompañará. Un viaje de tres horas por la historia de Bucarest y Rumanía, pasando por Roma, leyenda e historia del cruel Vlad Tepes, y bien merecida fama,, llegando casi hasta nuestros tiempos con la historia reciente del comunismo y de Ceauçescu, hasta su caída en 1989. Después de este agradable paseo deambulando por iglesias ortodoxas y edificios señoriales en decadencia, acabamos en el Parlamento y desde allí nos vamos al restaurante dónde comenzamos la visita para comer.
Freetour.com "Comunismo y Casco Antiguo"
Degustamos el típico sarmale rumaní con ensalada y nos dejamos envolver del olor que hay en todo el recinto a parrilla, música folclórica rumana y ese patio abierto que te hace trasladarte a una época dónde aún la gente se desplazaba a caballo, dormía en posadas y tenía una vida más nómada.
Por la tarde nos acercamos la plaza de la Revolución y al Museo de Historia de Rumanía, siendo ya de las últimas visitas de ese día que termina con algunas compras de recuerdos y vuelta al hotel para al día siguiente coger el vuelo de regreso a home..
* Recomendaciones: Muy recomendable el Free Tour por la ciudad. Ciudad muy cómoda y llana, se puede ir andando a todos sitios.
Multumesc Rumanía por abrirnos esa puerta a un país con tanta riqueza natural, historia y una leyenda que traspasa fronteras y océanos de tiempo :)