En el aire perfume a cloro,
y con la espalda mojada
ganas de aventura,
y las chancletas quemadas.
Salgo a broncear el día
a cubrirme del sol en la cara
a chapotearte encima
a no acordarme de cuando anochece
a volver tarde a casa.
Ese tiempo donde eclosionan los bichos,
en el que no importa dejar cosas para mañana
ese espacio de quietud y sosiego
que te empuja a dar vueltas en la cama.
Y alegrarme de que haya vuelto ese paréntesis
que lo deja todo en calma
que da rienda suelta a la pereza
que te consiente dormir sin cerrar la ventana,
ese lapso para ir sin prisa
donde los grillos amanecen sin pijama.
1 comentario:
;)
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