martes, 12 de octubre de 2021

19. Umbral

 


Podía sentir la ingravidez. Dentro de aquel espacio y entre movimientos viscosos y esponjosos era como si flotara. De vez en cuando algo retumbaba en el interior y entonces se extrañaba, qué estará pasando? Y encogía sus manos o se plegaba aún más en la misma postura que replicaba ya desde hacía varias semanas.

Un día, en el que llevaba un tiempo indeterminado sin estar consciente, algo la cegó. El remanso de paz y de quietud se vio alterado por una ráfaga, un haz de luz que hasta entonces no había experimentado. Se agarró a la prominencia a la que estaba conectada, le daba seguridad, y esperó a que todo volviera a ser como antes, antes de que aquello desconocido la hubiese perturbado. 

Lo que ocurría a menudo, y sí le gustaba, era el eco. Un eco familiar que resonaba de vez en cuando. Se convertía en una vibración que la reconfortaba. Algunas veces era muy rápido, otras más sosegado, y en otras ocasiones era una agitación que acompasaba sus pequeños movimientos, podía percibir los acordes y los acompañaba dentro de aquel escondite.

También notaba el calor, que era como una opresión calculada y medida que la mecía y la balanceaba. Jugaba y reía cuando lo notaba y, en ciertos momentos, casi al final, ese calor le provocaba algo en la piel, una sensación que no quería que terminara.


Hasta que de repente sin previo aviso sintió como se desequilibraba, algo la sacudió. Su hábitat natural comenzó a desaparecer, se iba vaciando. Intentaba agarrarse al espacio conocido hasta entonces, pero éste se iba consumiendo, era dolor, miedo e incertidumbre, lo que también se derramaba por el súbito agujero.

Y se acordó de la vibración, y del agradable calor que muchas veces la mecía y, pensó en empujar, no sabía si era la mejor idea, pero creyó que debía hacerlo. Así que apretó, y percibió que no estaba sola, que había alguien más en esa tarea, tenían que remar al unísono, sabía que tenía que hacerlo. Enfocó sus energías en llegar al otro lado, y cubierta de sangre, sudor y líquido amniótico logró cruzar el umbral y salir de lo que hasta ese momento había sido su hogar.

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