domingo, 29 de agosto de 2021

16. Limbo (Parte II)




El limbo no era como ella lo había imaginado, era mucho peor. La sensación de ingravidez y de no pertenecer a ninguna parte la estaba reconcomiendo.

Hizo un repaso mental de su vida, más que nada para intentar llegar a una conclusión de por qué había ido a parar a ese lugar.

Había crecido en una familia de clase media y tuvo una infancia feliz. Después había hecho todo lo que se suponía que debía de hacer. Formado una familia, había tenido dos niños, y en su profesión tenía un puesto razonable de estos de los que parece que han cumplido expectativas.

Anteriormente, durante la adolescencia, sí que había desfasado, pero no mucho más de lo usual. Tonteó algo con las drogas, tuvo varios amantes hasta que dio con el adecuado, y nada más que fuese reseñable o fuera de lo habitual.

Y seguía en bucle. Así continuó dando vueltas, el camino no la invitaba a otra cosa. Pero, y si era exactamente eso, que había tenido una vida demasiado “normal”. La percepción de frustración siempre la había acompañado, sin embargo no le había sido difícil acostumbrarse a convivir con ella o acallarla, las tareas rutinarias eran un aliado en este caso. 

La educación normativa y religiosa era la que le había guiado. Tenía que ir quemando etapas según correspondía. Tampoco se planteó muchas más opciones, no obstante, y si no era esa la vida que querría haber llevado, probablemente no, pero nunca se lo preguntó.

No tuvo la gallardía de mirarse cara a cara y cuestionarse si le estaba gustando, o si preferiría dar un volantazo e ir en otra dirección. Siempre había alguna lavadora que poner, algún trabajo pendiente de la oficina que terminar, o algún allegado a quien atender. 

¿Por qué no paró, por qué no se lo preguntó? Tal vez hubiera escogido lo que estaba haciendo pero lo que la angustiaba en ese momento era no haberse hecho la pregunta. Aceleró hasta el infinito, en esa circunstancia, qué le podía pasar?

Y ocurrió. Se encontró de nuevo en el cruce por el que se había desviado antes de toda esa odisea. Y no lo tomó. Después de aquello no iba a seguir la ruta marcada sin antes consultar consigo misma si el rumbo tomado era lo que realmente ella quería elegir. 

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